Empresas
Son cada vez más las universidades del interior que dan apoyo a los emprendedores, entre ellas Córdoba, Mendoza y Santa Fe.
El apoyo de las universidades a los emprendedores, por medio de las incubadoras de negocios, es un fenómeno que se extiende por el país.
En las provincias de Santa Fe, Córdoba y Mendoza, por ejemplo, el apoyo apunta a crear nuevas empresas de base tecnológica.
Juan Pablo Bustos, gerente de la incubadora de la Universidad Nacional de Cuyo, en Mendoza, cuenta: “Desde 2005, las empresas más destacadas que hemos incubado son la desarrolladora de software Rent a Soft, Isoterma Cero, la productora de vajilla cerámica Nueva Colbo, y Energe, que fabrica colectores de energía solar para calentar agua de instituciones y viviendas”.
La incubación se traduce en una serie de servicios que la universidad brinda a los nuevos empresarios: tutorías de planes de negocios, oficinas equipadas de uso exclusivo, acceso a red de contactos, promoción de los proyectos y vinculación con fuentes de financiamiento, entre otros.
Además, el organismo guía a los emprendedores en la presentación de sus proyectos a concursos de planes de negocio o de innovación tecnológica, “Hemos conseguido importantes ingresos para financiar a las empresas, a partir de los premios obtenidos”, dice Bustos.
También la Universidad Nacional del Litoral, en la ciudad de Santa Fe, trabaja fuertemente en incubación. En 2002 creó con el municipio de Esperanza la incubadora Idaer, que recibe proyectos de orientación científica. Y desde el mismo año es socio en el “Parque Tecnológico del Litoral Centro”, con el objetivo de crear empresas de tecnología de punta. Un caso es Protech Pharma, que desarrolla productos farmacéuticos con tecnología de ADN.
La universidad propicia la incubación desde cada una de sus sedes. Por ejemplo, la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas lanzó en 2007 un Gabinete de Emprendedores para que los alumnos, docentes, y egresados puedan crear empresas de tecnología y de software. El ingeniero Gastón Martín, coordinador del Gabinete, puntualiza: “Dentro de nuestra nueva carrera de programación de videojuegos también enseñaremos a crear empresas”.
Hay otros casos que confirman que la tendencia crece. “La Universidad Nacional de Rosario –dijo Oscar Peire, decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura– ha incubado la potabilizadora de agua Ingeniería de Aguas Rosario y la desarrolladora de software Cidra”.
En Córdoba capital, la Universidad Nacional, la Universidad Tecnológica Nacional y el Municipio llevan adelante desde 1997 la Fundación para la Incubación de Empresas, que abrió semanas atrás una convocatoria para proyectos empresariales innovadores. A los seleccionados se les ofrecerá, entre otros servicios, asesoramiento en comercialización, finanzas, legales, contabilidad, tecnología y gerencia. Y también infraestructura, como salas de reuniones y de capacitación, Internet y telefonía y acceso a redes de información empresarial.
La Universidad Blas Pascal, una privada de la misma ciudad, posee una actividad de incubación no tradicional: allí brindan capacitación en temas comerciales, legales y financieros a emprendimientos que ya se encuentren en marcha.
Marco Lorenzatti, el secretario de Educación Continua de la universidad, explica que dieron apoyo a “a una empresa de soporte informático remoto para estudios contables y jurídicos, a otra de reciclado de caucho y a otra de servicios de limpieza de departamentos y venta de insumos”.
Por su parte, la Universidad Nacional de Villa María (provincia de Córdoba) tiene en marcha desde 2004 el programa “Ventanilla del Emprendedor”. El contador Darío Poncio, a cargo del programa, detalla: “Hemos ayudado con éxito a la consolidación de pequeños emprendimientos. Algunos de estos son: una pastelería, una fábrica de indumentaria deportiva, una fábrica de donas y pan, y una fábrica de pastas con venta al publico”.